CARTA ABIERTA DE ROBERTO RAMOS-PEREA AL GOBERNADOR ALEJANDRO GARCÍA PADILLA




Como socialista, siempre me he admirado del poder que tiene la cultura para provocar el desarrollo de la civilización.

Esta noche, mientras usted hablaba al país, yo tuve una singular experiencia en Humacao, cuando llevamos ante una audiencia de más de 500 personas, la obra LA CUARTERONA de ALEJANDRO TAPIA Y RIVERA escrita en 1867. La llevamos de manera GRATUITA para el público, gracias al programa teatral de la Productora Nacional de Teatro y la gentil y desinteresada cesión gratuita de la sala de la UPR de Humacao.



Comunidad, estudiantes, escolares, gentes de todos lugares y clases, ávidas de ver algo que no sospecharon ver jamás y que constituyera una lección sobre sí mismos.

El hacer teatro puertorriqueño GRATUITO por los teatros del país es una forma socialista, directa, y exitosa de la revolución de la educación de la que habló usted hoy en su mensaje.

Durante 40 años que llevo haciendo teatro en Puerto Rico, he enfrentado con decepción argumentos terribles sobre eso de hacer teatro GRATIS para el pueblo. Muchos productores y actores me han dicho estas frases:

1) “cuando le das algo gratis al pueblo, no lo aprecia” y…
2) “hay que cobrar taquilla porque el teatro cuesta”
3) “cuando haces teatro gratis para el pueblo, le quitas el negocio a los que cobran”,
4) “la gente no quiere teatro que hable de cosas importantes, la gente quiere ir al teatro a joder, a pitarle a las actrices, a oír groserías y a pasarla bien. ¡Así que lo pague!”

Que pena que esta carta tenga un radio de atención tan corto que no me permite contestar estos disparates capitalistas con la profundidad que quisiera. Pero es una VULGAR mentira eso de que el público no aprecia el teatro gratis.

Esta noche, mientras USTED repartía “esperanzas” al país, el público de Humacao se mantuvo en expectante silencio la hora y media que dura la obra, y el aplauso de pie al final y los comentarios de la gente, fueron realmente halagadores para nuestro trabajo.

El público puertorriqueño aprecia y respeta su teatro cuando SIENTE QUE ES SUYO, (y no un producto de la avaricia comercial de algún empresario.)

¡SIENTE QUE ES SUYO!... Y no tiene que pagar por él para sentir que le pertenece.

Yo me paro frente al público, hablo con autoridad y compromiso del privilegio de ver representada la primera obra teatral EN TODA AMÉRICA que habló valientemente sobre la esclavitud y de cómo el dramaturgo puertorriqueño Tapia y Rivera desafió el Decreto Real de 1865 que impedía y castigaba a todo escritor por mencionar o escribir siquiera la palabra “Esclavitud”.

Cuando el público ve que tú aprecias y valoras lo que haces, que lo haces NO POR DINERO, sino por pasión, él también lo hará. Porque el teatro gratuito no es un regalo, es un privilegio.

Y no hay que cobrar taquilla para recibir ese privilegio, porque ya el Gobierno pagó porque así fuera. Ya el Gobierno creó esos más de 300 empleos a través de la PNT, fundada en 1985. Pagó actores, directores, empresarios que estaban dispuestos a hacer un teatro nacional donde recibir dinero de taquilla no era la prioridad.

Donde no tenía que vulgarizar sus temas, o presentar la comedia vana y fácil del desnudo, el sexo y la jodedera para recuperar su dinero invertido. Esa es labor de un Gobierno que respeta a su pueblo y desea educarlo.

Durante 4 años, la dictadura de Fortuño impidió estos esfuerzos. La Corte determinó que se continuaran. Y continuarán.

Lo que sí me extraña, Gobernador, es que en el discurso al país que dio usted esta noche, apenas se mencionó la palabra “cultura”.

Ciertamente el país tiene asuntos más apremiantes que el teatro, pero la cultura define las actitudes del pueblo sobre lo que pasa. Un pueblo educado se queja mejor. Ofrece alternativas, ayuda a la solución de los problemas porque los hace suyos.

Yo no sé si de entre todas las promesas que usted hizo esta noche habrá espacio para crear empleos EN LA CULTURA, en el TEATRO, en el CINE, en la MUSICA, en las ARTESANIAS, en el BAILE FOLKLORICO, en el ARTE PLÁSTICO, en la LITERATURA, en las bandas municipales, en los ateneos, centros culturales y en los grupos de teatro popular de cada pueblo del país.

Recuerdo que yo me reuní con usted varias veces antes de que usted fuera gobernador, porque usted mismo me lo pidió –sabiendo como sabe, que soy socialista e independentista- y aquella mesa de aquel café, le dije claramente que si quería hacer una revolución con la cultura y la educación, tenía que rescatar los principios SOCIALISTAS del joven MUÑOZ. No del viejo traidor y vendepatria, sino del joven esperanzado, rebelde y hasta atrevido que fue aquel mozuelo socialista que soñaba con ser “panfletista de Dios”. Sí, ¡vaya! (Tenía que hablarle en sus términos para que me entendiera, porque si le hablaba en los míos, la conversación hubiera durado dos minutos.)

No sé si ese mozo Muñoz (¡aquel nieto del revolucionario inmenso que fue Ramón Marín!), exista todavía en la memoria de alguien. Al menos sí en la mía, aunque lo recuerde con una sonrisa un poquillo cínica y a destiempo.

Y le dije a usted, que como Popular, tenía que mirar hacia ese joven. Porque la verdadera revolución era la educación y la cultura PARA TODOS. Una cultura SOCIALISTA.
Claro, que a Calle 13 le quedó mejor dicho que a mi.

Ahora me permito recordarle que por los nombramientos que ha hecho y hará en la cultura, -los suyos y los de Carmen Yulín- usted parece haberse olvidado de esa sencilla verdad de que la cultura y la educación son un asunto SOCIALIZANTE y SOCIALISTA.

Pero, oiga amigo, por lo que yo he oído, por lo que ya YO SÉ, usted ha puesto y pondrá la cultura de su gobierno en conocidas y manchadas manos burguesas que ya pasaron como huracanes terribles por los escritorios de las instituciones culturales de nuestra patria.

Yo no abogo ni por mí ni por los míos. (Ya yo sirvo al país desde donde sirvo mejor.) Pero quisiera que usted no olvidara aquellas conversaciones conmigo en aquel café. Y que entre su sempiterna letanía de promesas de hoy, la cultura conserve algún leve, pero presente latido.

Pero, ¡qué mierda!, soy un pendejo pesimista. Y no veo, no palpo, no siento ninguna esperanza para la cultura tras su mensaje de hoy. Apenas escuché promesas, como cuando estaba en campaña. Usted se ha tardado demasiado. No lo culpo, este país está demasiado jodido y ni siquiera su esperanza en usted mismo parece conformarle.

Tal vez por eso me acordé de Alejandro Tapia, y se me aguaron los ojos.

Cordialmente;

Roberto Ramos-Perea
Dramaturgo Puertorriqueño

Esta carta ha sido publicada de manera pública en el perfil del Sr. Ramos-Perea en Facebook

 

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