Por Meryland Cuevas
El comisionado residente en Washington Pedro Pierluisi se expresó en contra de las bodas gays diciendo que “no hay espacio en la cultura puertorriqueña para las bodas de personas del mismo sexo” pero esta es una opinión personal del señor comisionado que como muchos políticos pretenden que su opinión vaya a la par con lo que ellos piensan que la mayoría de la ciudadanía apoya o quizás sea por razones de presión religiosa, quien sabe.
Lo importante es saber que piensa esa mayoría de los ciudadanos Puertorriqueños sobre este tema, porque que yo sepa no se ha llevado acabo un sondeo oficial a nivel isla sobre el sentir de los ciudadanos de Puerto Rico sobre su postura a favor o en contra de los matrimonios del mismo sexo. Mirando como ha ido evolucionando este particular asunto en otros lugares del mundo, es propio considerar si es cierto o no que nuestra cultura y mentalidad colectiva ha cambiado respecto a este punto de vista.
Ahora, me pregunto yo ¿será realmente una prioridad decidir sobre el matrimonio homosexual para Puerto Rico en estos momentos? ¿Cuántas personas de la comunidad LGBTT realmente le interesa casarse? He visto muchos argumentos a favor y en contra en diferentes foros y me atrevo a asegurar que para muchos, el matrimonio no es un asunto tan urgente como lo son otros.
Me parece que si vamos a tocar el tema de la comunidad LGBTT a nivel de derechos, hay asuntos que nos urgen atender antes de salir corriendo a alquilar un traje de novia o un “tuxedo” para celebrar con “bombos y platillos” nuestras bodas.
Asuntos de suma importancia como lo son el discrimen en el empleo por orientación sexual, el discrimen institucional y gubernamental, el “bullying” entre los jóvenes, los derechos paternales y maternales a las familias homo-parentales, la falta de educación sobre identidad de genero y sexualidad así como la rampante ola criminal en contra de la comunidad LGBTT deben ser los asuntos de prioridad para discutir y resolver.
¿De que me vale legalizar mi unión si aun me pueden despedir de mi empleo por ser homosexual, lesbiana, bisexual o transgénero? ¿Para que quiero tener un certificado de matrimonio, si vivo con miedo a que me ataquen indiscriminadamente y mi vida este en juego? Los jóvenes siguen siendo abusados, marginados, discriminados y echados de sus hogares por su orientación sexual ¿Quién los protege?
Las parejas del mismo sexo no tienen derecho sobre sus hijos, solo uno de los padres lo tiene, no se les reconoce ante la ley la paternidad a ambas partes, las parejas del mismo sexo no tienen protecciones legales, no cuentan con el reconocimiento del estado, no pueden incluirse en los planes médicos, no se les reconoce legalmente a nivel federal para propósitos de impuestos, pero aun así, queremos el derecho a decir “Si, acepto” y esto ¿Para qué?
Todo aquel que desee unir su vida y validar su relación mediante el matrimonio legal debe tener derecho a hacerlo, eso es algo que no debe limitarse a algunos ciudadanos, pero pongamos nuestras prioridades en perspectiva y antes de formar un alboroto por el comentario de Pierluisi, organicemos nuestros argumentos y nuestras ideas; analicemos cuales son las cosas que realmente necesitamos que se atiendan con prioridad y busquemos la manera de que estas sean evaluadas y atendidas.
No todos los homosexuales creen o desean el matrimonio, de la misma manera que muchas personas heterosexuales tampoco y pueden vivir toda la vida sin legalizar su unión pero aun así adquieren unos derechos por convivir y crear una sociedad de bienes. Esta podría ser una opción valida para muchos en uniones del mismo sexo.
Pero aun así, independientemente de si la cultura o no tiene espacio para el matrimonio gay, no debe haber duda de que ya es tiempo que nuestra sociedad y cultura evolucione al paso que lo están haciendo otras naciones, países y estados alrededor del mundo y los Estados Unidos.
Que se comience a trabajar para reconocer y otorgar los derechos que se nos han negado, derechos que todos los ciudadanos tienen constitucionalmente, que se nos violan y se nos niegan discriminatoriamente, otorgándonos el status de “ciudadanos de segunda clase” aún así, se nos exige que tenemos que cumplir con todas la reglas de la sociedad y la ley como todos los demás, pero se nos niegan nuestros derechos fundamentales, derechos importantes para mantener nuestra seguridad de empleo, salud, estabilidad emocional y la protección de nuestras vidas.
Eso para mi, si es una prioridad.
fotos: technorati.com; facebook.com
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ACERCA DE LA AUTORA:
Meryland Cuevas es bloguera, madre, poeta, narradora, aficionada de las redes sociales y comprometida con el activismo por la justicia social y la igualdad de los seres humanos. Amante del arte en todas sus expresiones, le encanta viajar, la fotografía y la gastronomía. Posee un bachillerato en Ciencias de Administración de Empresas así como estudios Graduados en Administración y Salud Pública. Sígueme en FACEBOOK y en TWITTER |
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