CUANDO NO PARTICIPAMOS DE LA INDIFERENCIA, HACEMOS LA DIFERENCIA

fuente: http://cuadernodenotasdeat.blogspot.com

Por Meryland Cuevas

indiferencia s. f. Falta de interés, atracción o repulsión hacia una persona o cosa. Cualidad o actitud de las personas que no demuestran interés por algo.   Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

En cualquier lugar y cuando uno menos se lo espera pueden suceder situaciones que nos enfrentan a tomar decisiones de actuar o simplemente mirar hacia otro lado y  ser partícipes de la indiferencia.   Este fue el caso que nos sucedió a unas amistades y a mi cuando  compartíamos en un restaurante en el área de Guaynabo durante este fin de semana.  Luego de un ratito de “jangeo”  y diversión, nos dirigimos a comer a uno de esos restaurantes que abren 24 horas (cerca de un centro comercial muy conocido).  Prefiero no dar nombres para no crear una controversia, pero el asunto realmente no es el lugar sino lo que allí sucedió.


A eso de las dos de la madrugada, el lugar estaba bastante lleno y entró un grupo como de diez personas, todas adultas y se acomodaron en las mesas contiguas a la nuestra.  El mesero que los atendió, es un chico abiertamente homosexual y muy simpático.  El grupo de individuos contaba con hombres y mujeres, todos adultos jóvenes.  Estas personas se comportaron de una manera tan asqueante, descortés y abusiva con el mesero y a su vez con todos los que allí estábamos.

Comenzaron con burlarse del joven que los atendía por sus manerismos, hicieron bromas de mal gusto, hicieron reguero con la comida y desparramaron refresco por toda la mesa, todo esto mientras se reían a carcajadas de una manera totalmente desconsiderada con los comensales en el lugar.  El joven mesero, en todo momento trato de mantener la compostura ante la situación y con mucha gracia seguía tratándolos de una manera cortés.  

Sus burlas hacia el mesero no solo nos incomodaron a nosotros que estábamos bastante cerca de ellos y por la homofóbia extrema que reflejaban las mismas, sino que a la gran mayoría de las personas en el lugar también le molestaba, ya que ellos se encargaron de ser lo más escandalosos posible.  Incluso, nos dimos cuenta que una pareja compuesta por una dama y un caballero, se molestaron tanto por la situación que abandonaron el restaurante sin terminar de consumir su alimento y con una visible molestia en sus rostros.

Estuvimos observando toda la jugada  y nos sentimos tan indignados con la situación que tuvimos que hacer algo al respecto. Lo primero que hicimos al momento de retirarnos fue llamar al mesero delante de los individuos y lo felicitamos por haber sido tan valiente y no dejarse quebrar ante la situación, le dimos un fuerte abrazo todos en mi mesa, le dijimos que nos sentíamos muy orgullosos de él y de como había manejado la situación, le pedimos su nombre y  le dijimos que le íbamos a dejar saber a la gerencia del restaurante sobre su comportamiento y lo que allí sucedió. 

Luego de esto, nos dirigimos a los individuos en cuestión y le dijimos que se habían portado de una manera reprochable con ese muchacho, que sus bromas disgustaron a todo el mundo en el lugar y que de verdad era una falta de respeto lo que habían hecho.   Ellos trataron de dar excusas de que solo era vacilando, pero nosotros nos mantuvimos firmes en que eso no era manera correcta de vacilar y que se comportaron de una manera muy desagradablemente.

Una vez terminada nuestra noche, mi compañero G-sus Miguel Colón, quien la mayoría de ustedes ya conoce por sus escritos en este blog, se comunicó mediante Facebook con la página oficial del restaurante y les dejó saber sobre la situación, no solo eso, sino que también le dio el nombre completo del mesero y lo felicitó a nombre de nuestra mesa por su valiente desempeño.  En su comunicación, instó a los gerenciales a tomar cartas en el asunto a favor del mesero y a su vez en contra de este grupito de personas que según nos informaron en el restaurante ya tienen fama de comportarse de esta manera en el lugar y no es la primera vez que lo hacen, aparentemente ya los tienen en la “mirilla”.  Personal del restaurante le contestó la comunicación dándole las gracias por sus palabras y nos indicaron que tomarían cartas en el asunto. Esperamos que así sea y tenemos pensado volver e indagar sobre eso. 

Ante situaciones como estas, quizás no sabemos como reaccionar, a veces nos hacemos de la vista larga, miramos para el lado aunque nos incomode, preferimos desconectarnos con “eso no es conmigo”, pero estoy segura que nuestra acción hizo una diferencia ante los que estaban allí presentes, ante el mesero que sintió el apoyo de nosotros e incluso estoy segura que a lo mejor dos o tres del grupito sintieron vergüenza por lo que hicieron después del “regaño” público que recibieron de nosotros.

Levantar tu voz ante una injusticia puede hacer la diferencia en la vida de alguien o de varias personas.  No te quedes mirando para el lado, actúa y toma acción. Ayer fue ese mesero, mañana puede ser alguien más cercano a ti o incluso tu mismo. 

No seas participe de la indiferencia. Actúa ante la injusticia y lograremos grandes cambios.


ACERCA DE LA AUTORA:

Meryland Cuevas Meryland Cuevas es bloguera, madre, poeta, narradora, aficionada de las redes sociales y comprometida con el activismo por la justicia social y la igualdad de los seres humanos. Amante del arte en todas sus expresiones, le encanta viajar, la fotografía y la gastronomía. Sígueme en FACEBOOK y en TWITTER
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3 comments :

  1. Muy bien hecho, en muchos restaurantes pasan muchas cosas similares...pero muchos se dejan llevar por el lema estupido de: "el cliente tiene la razón". Es lamentable que personas adultas estésn con esas burlas ridículas.

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  2. Yo nunca habia visto un trato tan desagradable hacia un mesero en un restaurante!, de verdad que me senti tan indignada por tantas razones, que era imposible quedarme de brazos cruzados. Mis dos acompañantes y yo no pudimos quedarnos callados ante tal maltrato, definitivamente que hay personas que se merecen que los saquen a patadas de los sitios y ese grupito era uno de esos.

    Precisamente hoy presencié una situación pero era un poco diferente, en este caso, el cliente fue el que se sintio ofendido por la forma en la que los chicos que estaban atendiendo el establecimiento donde comiamos se expresaban delante de los clientes, utilizando palabras soeces, ya sabes el vocabulario de los jovenes de hoy en dia y la palabra "Cabrón", el señor les llamo la atencion y les dijo que era una falta de respeto que estuvieran hablando asi delante de la clientela, que les estaba contando todas las veces que habian dicho la palabra "Cabrón" y que le habia dado la queja al gerente porque no era la primera vez que esos chicos hacian eso. Los dos muchachitos, en vez de decirle al caballero "usted tiene la razon, disculpe" se pusieron a la defensiva con el y empezaron a refutarle... Ya se podran imaginar la dinamica. Yo estaba calladita escuchando y observando todo. Cuando el señor se fue, y yo me retiraba, me les acerqué y les dije. El tiene razon, ustedes estaban hablando muy feo delante de los clientes, y aunque yo entiendo que ustedes son jovenes y usan esa palabra mucho en su forma de expresar, tienen que considerar que ustedes estan atendiendo clientes y no a todo el mundo le gusta escuchar esa forma de hablar. No tenian que discutirle al señor, con darle la razon y pedir disculpas era suficiente, no se pongan pico a pico con el cliente porque eso no les deja nada tampoco, especialmente cuando en este caso el si tenia la razon. Ellos se quedaron calladitos... obviamente mi tono de voz no fue como el de el señor que estaba bastante agitado. A veces la manera en que le decimos las cosas a la gente hace mucha diferencia. Recuerdo como mi profesor de UOP El distinguido Antonio Davila siempre nos decia con con Diplomacia podiamos insultar a la gente sin que se dieran cuenta :-) Nunca lo olvido.

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  3. Totalmente de acuerdo contigo yo también hubiera tomado la iniciativa de ir a hablar con el gerente, esas actitudes de rechazo no las soporto.

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